Texto e imágenes deVirginia Luque Gallegos Historiadora y miembro de la Sociedad Española de Estudios Árabes (SEEA)
La vez primera que entré en contacto con los Anales Palatinos de ‘Īsà al-Rāzī, hace casi unas tres décadas, me sorprendió cómo una fuente histórica tan relevante sobre la vida palaciega durante un periodo corto a priori de esplendor del califa Al-Ḥakam II fuera tan poco conocida y tan extrañamente ausente en bibliotecas públicas.
Consultar ese documento histórico cronístico, casi en primera persona, de lo que acontecía en un lustro de los años setenta del siglo X, parece casi fruto del azar, no sólo por el paso del tiempo sino por los avatares que fuentes tan remotas sufrieron entre los años 971-975. Probablemente las polillas devoraron las partes correspondientes a otros años de mandato del califa por lo que sólo podemos conformarnos con la información de los últimos momentos.
De cómo una copia de ese documento llegó hasta nosotros nos da buena cuenta Eduardo Manzano en el capítulo introductorio de su última monografía La Corte del Califa. Cuatro años en la Córdoba de los omeyas (Crítica, 2019). El académico Francisco Codera en su búsqueda infructuosa por hallar manuscritos andalusíes en bibliotecas magrebíes, encontró en el año 1888 una versión desconocida del Muqtabis de Ibn Hayyān en una privada de Constantina. Gracias a que pidió que se hiciera una copia, luego depositada en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, podemos disfrutar de él ya que aquella espléndida biblioteca argelina fue desmantelada y el manuscrito acabó desapareciendo.
Anales Palatinos del califa de Córdoba Al-Ḥakam II por ‘Īsà ibn Aḥmad al-Rāzī. Tr. Emilio García Gómez
En uno de mis últimos viajes a Granada, David Santa Isabel, buen amigo que corregenta la librería Bakakai, me contó que tenía un libro que seguramente me podría interesar: era la edición facsímil editada en 1986 del libro Reseña histórica de la conquista del reino de Granada por los Reyes Católicos según los cronistas árabes de Leopoldo de Eguilaz Yanguas, catedrático de la Universidad de Granada, publicado originalmente en esa misma ciudad por la tipografía Hospital de Santa Ana en 1894.
El trabajo de Leopoldo de Eguilaz es un riguroso punto de partida para investigar las crónicas árabes que ya se empezaban a conocer en el siglo xix basadas fundamentalmente en los fragmentos contenidos en las Analectas sobre la historia y literatura de los árabes en España de Almaccari [1] y en otra importante fuente sobre la dinastía nazarí como un manuscrito anónimo de El Escorial conocido como Narraciones de la época sobre la extinción de la dinastía nazarita.[2]
A partir del extenso y riguroso trabajo de Leopoldo de Eguilaz Yanguas he elaborado un breve resumen cronológico sobre algunos aspectos del relato de los últimos tres años de la toma de Granada: algunos son totalmente inéditos y otros conocidos, pero poco divulgados, remitiéndome en todos ellos a ambas reseñas históricas.[3]
Los testimonios inéditos son sumamente rigurosos y clarificadores y quisiera hacer mención especial de algunas noticias. Una narra el momento en que los notables de Granada indican a Boabdil los efectos de la hambruna que estaba padeciendo el pueblo a consecuencia del asedio cristiano, siendo la respuesta de este: resolved lo que os parezca y tomad el partido que convenga más a vuestra salud, momento a partir del que se formó una comisión para comenzar la negociación de las Capitulaciones.
Otro apartado —en mi opinión poco estudiado y divulgado— es una cláusula de las Capitulaciones que dice: el señor de Roma (Papa) garantizaría con su firma la capitulación, con otras condiciones semejantes que se omiten en gracia de la brevedad. [4]
Otra disposición —conocida pero poco divulgada—[5] es la cantidad de musulmanes que fueron nombrados por los Reyes Católicos en prácticamente todas las áreas de gobierno de la ciudad[6]. Lo mismo sucede con un valioso documento conservado en el Archivo General de Simancas: una carta autógrafa de Boabdil a los Reyes Católicos en la que acepta las capitulaciones y los pactos de entrega de la ciudad de Granada que había llevado a cabo su alcaide Abul Casim el Malih, traducido del árabe por Leopoldo de Eguilaz Yanguas. Además de estas primitivas crónicas, se conservan fuentes andalusíes muy anteriores que también fueron traducidas en el siglo xix, como la de autor anónimo Ajbār maymūa, la de Ibn al-Qūtiyya Ta´rij iftitāh al-Andalus o la importante obra del cordobés Ibn Hayyān, así como otras obras fundamentales, como la del tunecino de origen andalusí Ibn Jaldūn.[7] En todas ellas, la profusión de noticias es una característica del propio concepto árabe de historia narrada, que en ese sentido contiene más historiografía que explicación, y así es practicada por la inmensa mayoría de los historiadores árabes.
Para realizar este resumen también he consultado algunas de las crónicas cristianas que narran las vicisitudes a que estuvo sometido Boabdil por sus propios partidarios y el desenlace final de la negociación del emir nazarí y los Reyes Católicos para la entrega de Granada. Es un hecho evidente que esas narraciones históricas[8] no son muy diferentes, a los relatos andalusíes de ese periodo que aparecen en el texto estudiado y traducido por Leopoldo de Eguilaz Yanguas.