Texto de Alejandro Pérez Ordóñez
Fotografías de © Rafael Galán García

El viaje por al-Andalus con Rafael Galán y sus fotografías continúa hoy por la Mezquita-Catedral de Córdoba.


Abd al-Rahman I fue reconocido emir de al-Andalus en 756, no obstante las rebeliones entre árabes y beréberes y las intrigas entre sus propios secuaces en Córdoba retrasaron probablemente sus proyectos arquitectónicos casi hasta el fin de su reinado. Durante los treinta y dos años de su mandato, Abd al-Rahman hizo de Córdoba una gran capital. En 785 inició las obras de la Gran Mezquita que, dos siglos más tarde, después de muchas ampliaciones, será una de las obras maestras de la arquitectura islámica clásica.


El edificio se construyó en un solo año (786-787), con muros de piedra y numeroso material de acarreo procedente de edificios romanos y visigodos de la antigua Corduba.



Tenía una sala de oración de once naves con doce crujías cada una, perpendiculares a la qibla. El portal de San Esteban o Puerta de los Visires (Bab al-Wuzara) mantiene su forma original tripartita y parte de su decoración, basada en motivos vegetales de cierta tosquedad.



Bajo los reinados de Hisham I (788-796) y de al-Hakam I (796-822), la mezquita no se modifica apenas. Aquél realizó un pasadizo (sabat) que comunicaba directamente, cruzando la calle sobre un arco, el Alcázar con la maqsura de la mezquita; estructura que no se ha conservado.



Con Abd al-Rahman II (822-852) se realizó una ampliación de la sala de oración, doblando su superficie.


Abd al-Rahman III (912-961) se proclama califa en 929. Su intervención consistió en ampliar el sahn (patio) y la sala de oración. Tuvo que derribar el antiguo alminar de Hisham I y realizar uno nuevo.



Al-Hakam II (961-976) le da al monumento su aspecto casi definitivo. La sala de oración es ya un espacio que se ha transformado de oblongo en longitudinal: sigue midiendo 70 metros de ancho, pero ahora llega a 115 de largo y tiene nada menos que 320 columnas. El viejo muro de la qibla se transforma en una banda de arcos lobulados, y la sala de oración se amplía hacia el sur.


Al-Hakam II construye los definitivos qibla y mihrab, y ante aquélla un sabat o pasadizo. Para favorecer la iluminación, elevó la nave central con una serie de cupulines gallonados. El mihrab es una sala octogonal cubierta por una cúpula con forma de venera.

En 987, al-Mansur (Almanzor), visir del califa Hisham II (976-1009), también amplió la mezquita, pero esta vez hacia el Este, ya que el desnivel hacia el río impedía continuar hacia el Sur. Añadió ocho naves, perdiendo así la mezquita su simetría y alcanzando sus dimensiones actuales.
Esta maravilla ¿¿¿se construyó en un solo año??? No tenía ni idea… Lo que sí tengo son unas ganas locas de conocer Córdoba por fin…
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