Juan José Casado Cervantes[1]
Profesor de Geografía e Historia de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía.
Clara Casado Fernández[2]
Estudiante del Grado de Turismo de la Universidad de Granada.

Resumen[3]
El presente artículo es un ejemplo de cómo el Patrimonio Cultural puede utilizarse como recurso didáctico para promover las competencias claves del alumnado de Secundaria. A partir de la rehabilitación de la Torre de Romilla, en el municipio de Chauchina (Granada), se apuntan algunas claves para entender este elemento patrimonial, contextualizándolo en el espacio rural y proponiendo diferentes tipos de actividades, para su inclusión en el currículo educativo, con el objetivo de crear una ciudadanía favorable al conocimiento del patrimonio local y su conservación.
Palabras clave
Torre de Romilla, patrimonio cultural, propuesta didáctica, espacio rural, paisaje rural, Vega de Granada, Chauchina.
1. Introducción
El presente artículo aprovecha la reciente rehabilitación de la Torre de Romilla, (en la cartelería denominada como “Torre del Soto de Roma”), para intentar multiplicar las opciones de acercamiento al Patrimonio Cultural de Chauchina.
Nuestra propuesta parte de un acercamiento educativo al Patrimonio Cultural y tiene como base la inclusión del entorno en el currículum educativo, haciendo del uso agrario del espacio como generador de un paisaje rural, el eje vertebrador del proceso de enseñanza y aprendizaje. Ahondamos, por tanto, en la línea marcada por José Castillo cuando señalaba, refiriéndose a la vega de Granada, que es “…La identificación de la actividad agraria históricamente desarrollada como el elemento generador de la dimensión patrimonial de la misma y su condición de espacio singular y con entidad propia…” y que “…La vega de Granada adquiere singularidad, valor y reconocimiento social fundamentalmente por su condición agraria, más aún, por el hecho de ser un espacio cultivado a lo largo de la historia. Por lo tanto la caracterización patrimonial que debe hacerse de ella… es la de identificar todos aquellos bienes materiales e inmateriales conformados por la actividad agraria a lo largo de la historia…” (Castillo 2010).
Partimos de unos trabajos previos en el entorno de Chauchina[4], para actualizar las propuestas educativas a la nueva realidad que ha supuesto la rehabilitación de la Torre de Romilla y a la nueva legislación en materia educativa, destacando la necesidad de que la ciudadanía y, especialmente, los alumnos y alumnas, como señalan Torrado y Haro, citando a Ángel Liceras Ruiz, vayan más allá del mero conocimiento aislado para, mediante la educación, “Conocer, comprender, valorar, respetar, cuidar, disfrutar y transmitir” el Patrimonio Cultural de su localidad, ejerciendo una ciudadanía consciente y responsable (Torrado y De Haro 2020, 116).
Hasta el momento de su rehabilitación, la torre contaba con una serie de daños, sobre los que se ha centrado la intervención: no disponía de cubierta original, no tenía suelo en las plantas y contaba con una serie de fisuras, probablemente ocasionadas por las dilataciones térmicas, pues la torre no ha sufrido el movimiento en el asentamiento por los niveles freáticos, y los terremotos históricos solo parecían haber afectado a la parte alta, aunque el enjambre sísmico de 2021 sí afectó a las grietas[5]. Además, los revestimientos se encontraban desgastados, tras un intenso proceso de erosión.

En octubre de 2021 comenzó la intervención, que ha supuesto la rehabilitación, consolidación y conservación de la torre con una inversión de 235.000 euros, 200.000 euros a cargo del presupuesto municipal y 35.000 a cargo de una subvención de la Junta de Andalucía. El arquitecto del proyecto ha sido Jorge Suso Fernández-Fígares, del Servicio de apoyo técnico de la Delegación de Obras Públicas y vivienda de la Diputación.
Las actuación llevada a cabo se ha desarrollado en dos fases, durante la primera se ha llevado a cabo una limpieza de la superficie y de los materiales degradados y se han reconstruido elementos puntuales, como los arcos de la puerta y de los vanos de la tercera planta; durante la segunda fase, se han colocado un suelo de cristal sobre una estructura de acero, que cubre la mitad de cada planta. El período de actuación ha sido de 15 meses.

La torre rehabilitada se inauguró el sábado 23 de julio de 2022, según informó en la página de Facebook el Ayuntamiento de Chauchina, Romilla y Romilla la Nueva. El equipo de gobierno del municipio del momento, junto a los antiguos alcaldes, tanto de Chauchina como de Romilla, y el diputado de turismo en ese momento, José Enrique Medina, realizaron una visita a la Torre de Roma, dando por inaugurada la misma.
En el mes de octubre de 2022 se iniciaron las visitas a la Torre de Roma, organizadas por el Ayuntamiento. Estas visitas se ofrecieron, de forma gratuita, a través de la página de Facebook del Ayuntamiento de Chauchina, Romilla y Romilla la Nueva. El aforo máximo es de 12 personas, incluido el guía de la visita.
El Plan del Ayuntamiento para la Torre de Roma consiste en habilitar la casa señorial situada en Romilla en la calle Real número 19, crear un paseo peatonal, de unos 200 metros, desde el casco urbano de Romilla hasta el entorno de la torre y vincular la misma al Universo Lorca[6].
En esa línea, la relación de García Lorca y la influencia que ejerce la torre y el espacio del Soto de Roma en la obra del autor (La casa de Bernarda Alba, Mi pueblo, Impresiones y paisajes, Poema del cante jondo, El romancero gitano, Bodas de Sangre o Yerma) ya ha sido documentada por Jorge Juan Torrado y Estefanía De Haro, así como la relación de otros autores como Washington Irving en Cuentos de la Alhambra o Henríquez de Jorquera y José Zorrilla (Torrado y De Haro 2020, 110-111).
2. La Torre de Romilla en el contexto educativo
La Torre de Roma, también denominada Torre de Romilla, fue inscrita como Bien de Interés Cultural el 22 de junio de 1993 atendiendo a la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español, según consta en Consulta a la base de datos de bienes inmuebles del Ministerio de Cultura y Deportes, con el código (R.I.)-51-0007752-00000, como Monumento en el Registro de Inmuebles, con el matiz de Castillos, al amparo del Decreto de 22 de abril de 1949, sobre protección de los castillos españoles (Boletín de 5 de mayo de 1949).
Consideramos que es un ejemplo paradigmático de bien patrimonial íntimamente relacionado con el entorno en el que se incluye y, por lo tanto, puede ser utilizado como un recurso didáctico que puede relacionarse con los saberes básicos sobre Al-Ándalus. El primer paso, por tanto, será establecer la relación de este elemento patrimonial con el currículo educativo y programar una situación de aprendizaje que planifique el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Para ello debemos tener en cuenta que el Real Decreto 21/2022, de 29 de marzo, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria, subraya la necesidad de propiciar el aprendizaje competencial, autónomo, significativo y reflexivo a través de las competencias clave. En este sentido, seguimos pensando, como señalan Cambil y Fernández, que es necesario integrar en el currículo el Patrimonio Cultural del entorno con el objetivo de que el alumnado lo conozca, valore, conserve y difunda de tal manera que…
“el alumnado logre (…) entenderlo como un medio para desarrollar la capacidad de análisis, observación y comparación, de manera que la enseñanza-aprendizaje de lo social a través del patrimonio sea un proceso donde esté presente el compromiso con el contexto sociocultural y natural, de tal forma que capacite al alumnado para resolver los interrogantes que surgen en la realidad entre la vida cotidiana y el entorno (…) partiendo de problemas relevantes, relacionados con la identidad, la memoria, la economía, las desigualdades sociales…, como dinamizadores de los procesos de enseñanza-aprendizaje, se puede abordar el tratamiento educativo de los bienes patrimoniales como fuente para la enseñanza-aprendizaje del conocimiento social y para la comprensión de conceptos abstractos relacionados con el aprendizaje del tiempo y el espacio” (Cambil y Fernández 2017, 33).
Ello se puede concretar en el objetivo “j” del Decreto 102/2023, de 9 de mayo, por el que se establece la ordenación y el currículo de la etapa de Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Andalucía, que señala que “se contribuirá a desarrollar en el alumnado la capacidad para conocer, valorar y respetar los aspectos básicos de la cultura y la historia propias y de las demás personas, así como el patrimonio artístico y cultural”.
Este objetivo tiene su traslación en la Competencia en conciencia y expresión culturales (CCEC), que “supone comprender y respetar el modo en que las ideas, las opiniones, los sentimientos y las emociones se expresan y se comunican de forma creativa en distintas culturas y por medio de una amplia gama de manifestaciones artísticas y culturales, e implica también un compromiso con la comprensión, el desarrollo y la expresión de las ideas propias y del sentido del lugar que se ocupa o del papel que se desempeña en la sociedad, asimismo, requiere la comprensión de la propia identidad en evolución y del patrimonio cultural en un mundo caracterizado por la diversidad, así como la toma de conciencia de que el arte y otras manifestaciones culturales pueden suponer una manera de mirar el mundo y de darle forma”
Para conocer el nivel de desempeño del alumnado sobre esta competencia en relación con el patrimonio, en la misma norma se han redactado varios descriptores operativos, que informan del nivel de adquisición de la Competencia en conciencia y expresiones culturales al finalizar la etapa (CCEC1, CCEC2, CCEC3 y CCEC4). A partir de estos elementos del currículo, el profesorado diseñará situaciones de aprendizaje, caracterizadas por metodologías didácticas que reconozcan al alumnado como agente de su propio aprendizaje. Para que la adquisición de las competencias sea efectiva, dichas situaciones deben estar bien contextualizadas y en su diseño se deberá tener en cuenta que estas situaciones deben suponer la transferencia de los aprendizajes adquiridos por parte del alumnado. Además, se deberán proponer tareas o actividades que favorezcan diferentes tipos de agrupamientos, desde el trabajo individual al trabajo en grupos, permitiendo que el alumnado asuma responsabilidades personales y actúe de forma cooperativa en la resolución creativa del reto planteado.
En las situaciones de aprendizaje se integran todos los elementos del currículo y deben tener como punto de referencia las competencias específicas de la materia. Nuestra propuesta se relaciona con la competencia específica número 7, tal y como establece la Orden de 30 de mayo de 2023, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Andalucía, que indica que el alumnado debe “Identificar los fundamentos que sostienen las diversas identidades propias y las ajenas, a través del conocimiento y puesta en valor del patrimonio material e inmaterial que compartimos para conservarlo y respetar los sentimientos de pertenencia,…” Se trata, entre otros objetivos, de “reconocer el significado histórico y simbólico del patrimonio material e inmaterial, así como promover acciones tendentes a su conservación, promoción y puesta en valor como recurso colectivo para el desarrollo de los pueblos”
Dicha competencia está asociada al criterio de evaluación 7.4 que supone “valorar, proteger y conservar el patrimonio artístico, histórico y cultural como fundamento de la identidad colectiva local, autonómica, nacional, europea y universal, considerándolo un bien para el disfrute recreativo y cultural y un recurso para el desarrollo de los pueblos” y a los saberes básicos de Segundo de ESO relacionados con la interpretación del territorio y del paisaje, la protección del patrimonio ambiental, histórico, artístico y cultural (GEH.2.B.10), la cultura y arte andalusíes (GEH.2.B.15) y la conservación y defensa del patrimonio histórico, artístico y cultural y el patrimonio andaluz (GEH.2.C.7).
Por último, a nivel metodológico, deberemos tener en cuenta que para lograr los objetivos y el desarrollo de las competencias clave, se deberán diseñar actividades significativas y relevantes para resolver problemas de manera creativa y cooperativa. Su puesta en práctica implica la producción y la interacción verbal e incluir el uso de recursos auténticos en distintos soportes y formatos, tal y como incluimos en el desarrollo propuesto a continuación.
3. La Torre de Romilla como recurso didáctico
El primer contacto del alumnado con la Torre de Romilla lo realizaremos a través de una actividad motivadora que consiste en presentar una imagen de la torre y solicitar una descripción por escrito de la imagen, que se entregará en una fotocopia a color o se proyectará en la pizarra digital. Con ello, además, podremos evaluar los conocimientos previos de los participantes en la actividad.

Una vez realizada la descripción por parte del alumnado, se recogerá el trabajo realizado y se llevará a cabo una puesta en común de forma oral a partir de las intervenciones individuales del alumnado. El profesorado anotará en la pizarra las ideas claves que vayan surgiendo al respecto, para que todo el grupo disponga de una información homogénea.
Posteriormente, se realizará una actividad de activación que partirá de cinco problemáticas en torno a la Torre de Romilla, cuatro de ellas relacionadas con el período nazarí y la última, contemporánea: su propiedad, su construcción, su funcionalidad, la toma y su conservación. Esta actividad tiene como objetivo ser una trasposición didáctica del debate historiográfico sobre la Torre de Romilla, que permanece abierto y que nosotros presentamos en líneas generales a continuación, adecuándolo al nivel del alumnado.
3.1 La propiedad
Con relación a la propiedad de la Torre de Romilla, la problemática comienza, como señala Sandra Suárez, con la propia denominación de la propiedad y la confusión entre el Soto nazarí, la Torre de Roma, el lugar de Romilla y la Casa Real del propio Soto de Roma (Suárez 2022, 1092).
En su tesis doctoral, Suárez parte de la certeza documental de que el Soto de Roma formó parte de los bienes de la monarquía castellana tras la conquista y se plantea cómo sería su utilización y carácter durante el reinado nazarí, si formó parte del patrimonio regio nazarí y, en tal caso, si pudiera o no ser aprovechado por la población cercana.
Dos son las líneas seguidas por los investigadores. La primera plantea que la torre era propiedad de la comunidad campesina que se asentaba en la alquería de Romilla (Trillo 2017). La segunda, que arranca en la obra de Ibn al-Jatib, la torre de alquería localizada en Roma, la actual Romilla, contaría con un ḥiṣn, elemento defensivo que servía de refugio a los campesinos ante las incursiones castellanas, señalando que era propiedad de los reyes nazaríes, siendo esta una de las principales propiedades agrícolas que estos poseían por toda la vega (Suárez 2022, 1093; Fábregas y González 2015).
3.2 La fecha de construcción
La siguiente problemática que planteamos es la de la fecha de construcción. En este sentido, José Cuevas señala como origen de la torre un fragmento de Mármol Carvajal incluido en Rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada y citado por Rafael Peinado en su artículo Un espacio aristocrático, propiedad, formas de explotación de la tierra y poblamiento en el sector occidental de la Vega de Granada, a finales de la Edad Media, en el que señala a Muhammad III (1302-1309) como constructor de la torre:
“Abí Abdilehi [Muaammad III, 1302-1309], hijo de Abuzaid [Muaammad II, 1273-1302], segundo rey desta casa de los Alhamares [construidas la Torre de la Vela, las Torres Bermejas y la puerta de Bibataubín]… y demás desto hizo cinco torres en el campo alrededor de la ciudad a la parte de la Vega, donde se pudiesen recoger los moros que andaban en las labores en tiempo de necesidad” (Cuevas 2005, 188).
Por su parte Jorge J. Torrado y Estefanía de Haro, citando a Carmen Trillo, consideran que su construcción se produjo posiblemente durante el reinado nazarí de Yusuf I (1333-1354) o de Muhammad V (1354-1391) (Torrado y Haro 2020, 102), al igual que Manuel López, que en el apartado de la defensa durante la dinastía nazarí, indica que “Muhammad V reconstruyó y reparó numerosos castillos, introduciendo las torres semicirculares y generalizando el almenado y que el sistema de protección de atalayas parece cobrar un nuevo impulso constructivo entre 1275 y 1320, cuando aparece el torreón de tapial de varias plantas superpuestas, a veces rodeado por recinto amurallado y se construyen las torres de alquería, con o sin recinto, cuya finalidad es la protección de alquerías donde hay unos lazos familiares o unas relaciones de consanguineidad inherentes” (López 2005, 19-20).
El dato más fiable que podemos aportar lo tomamos del informe técnico previo a la intervención de Ana Luque, cuando marca que la edad de la muestra de mechinal analizada con la técnica del Carbono-14 se establece en 670±40 BP, referida al año 1950; por lo tanto, la edad de la torre se situaría en 1280±40 DC, es decir, 670 años antes del 1950 DC, por lo que contamos con una horquilla de fechas de corte de la madera utilizada en el mechinal que va de 1240 a 1320[7].
3.3 La funcionalidad
La problemática en torno a la funcionalidad de la Torre de Romilla se puede resumir en la siguiente pregunta: ¿era una torre de la comunidad, tenía una función residencial, defensiva o ambas?
Está claro que si asumimos que la Torre de Romilla era una torre de la comunidad campesina de la alquería de Romilla, deberíamos tener en cuenta a Adela Fábregas y Raúl González cuando señalan que quizás sea necesario, para intentar ir centrando el debate, comenzar a realizar una diferenciación entre torres atalayas, torres asociadas a alquerías, fortificaciones rurales o ḥuṣūn y estructuras fortificadas de carácter menor. En este sentido plantean que se debería avanzar en la línea de conocer el espacio en el que se localizan y el grado y naturaleza del vínculo que liga al poder con esas comunidades locales y conocer si estas construcciones son obra de la iniciativa estatal y de esos planes defensivos o de control territorial que pone en marcha o si, por el contrario, tal y como propuso Guichard para el caso valenciano, son el reducto de autonomía de gestión de las comunidades campesinas, de las que podría partir el impulso de su construcción y uso, frente a otros espacios de control estatal. (Fábregas y González 2015, 66-67).
Estos mismos autores, en relación con la existencia de una cerca o muro perimetral, indican que la torre pudo tener uno que acogiese ganado (Fábregas y González 2015, 73). Esta última línea es la que ha fundamentado la tradicional adscripción de la funcionalidad a la defensa expuesta por Antonio Almagro (Almagro 1991) cuando señaló que su finalidad era la de vigilancia y trasmisión de alertas, compatible con el refugio para las gentes que no pudieran alcanzar la ciudad por la rapidez o la sorpresa del ataque enemigo.
Jorge J. Torrado y Estefanía de Haro inciden en esta línea, citando el artículo de M. Argüelles, cuando plantean que la torre de Romilla conformaba una línea de comunicación directa y de transmisión de alertas con la misma Alhambra o con otras torres cercanas como la de Moclín, Albolote, Íllora, Montefrío o Láchar. De esta manera, el control y vigilancia del reino nazarí estaba interconectado y las noticias de la presencia de posibles forasteros llegaban casi a tiempo real al palacio granadino mediante señales de humo o cristales solares en lo alto de sus torres. Es posible que esta táctica militar también sea una de las herencias persas que los nazaríes exportan a la península (Torrado y De Haro 2020, 100).
Carmen Trillo, por su parte, cree que cabe pensar que estas torres tenían una doble función. Por un lado, defienden una zona asolada por las campañas castellanas que buscaban talar los panes, es decir, dejar sin abastecimiento alimentario a la Vega y Granada, que se suministraba de ella, y en segundo lugar, están relacionadas con aldeas donde el rey tiene propiedades (Trillo 2017, 134).
3.4 Quiénes tomaron la torre y cuándo
La problemática en cuanto a quiénes tomaron la torre y cuándo tiene como antecedentes las incursiones anteriores de los castellanos, en las que se habla de destrucción. Así, en las Crónicas de don Álvaro de Luna, se cita su destrucción tras la incursión de 1431. José Cuevas en el estudio que hace de la toponimia de la Vega de Granada según la Crónica del halconero, cita una carta de don Álvaro de Luna a Juan II, fechada el 22 de mayo de 1431, en la que se adjunta una relación de lugares destruidos en la expedición (Cuevas 2005, 177), en la que se cita la Torre de Romilla.
Antonio Almagro señala que se cita en el capítulo IX de los Hechos del condestable don Miguel Lucas de Iranzo y por Pulgar en el volumen segundo de su Crónica de los Reyes Católicos, y que fue atacada en 1462 por D. Miguel Lucas Iranzo, en su entrada por Puerto Lope (Almagro 1991, 225).
En 1490 pasa al control de los castellanos, aunque Antonio Almagro resalta que el nivel de destrucción no parece corresponder con la torre, por lo que dice que podría haber habido otras con el mismo topónimo, como se deduce también que se la describe en lo alto de un cerro, lo que resulta contradictorio con la ubicación de la Torre de Romilla (Almagro 1991, 227).
En el mismo sentido, pero más reciente, es la opinión de Juan José Sánchez (Sánchez 2021, 836) cuando señala que la torre resistió hasta 1490 y fue conquistada gracias a un ardid de los hombres de Cidi Yahya Alnayar (Sánchez 2021, 836). Pero Sandra Suárez nos ofrece otras fechas diferentes tomadas del Nubdat o Fragmento de la época sobre noticias de los Reyes Nazaritas (anónimo), en el que se muestra cómo durante la campaña en el Vega de 1489 los castellanos ordenaron destruir la dicha torre. Añade, también, que dos años después, a 21 de agosto de 1491 los castellanos se harían con la torre gracias, en parte, a la ayuda prestada por Don Alonso de Granada Venegas, citando a Manuel Garzón Pareja en sus Notas para la historia del Generalife (Suárez 2022, 1096).
Sin embargo, Manuel Espinar y Juan Grima señalan que el 20 de mayo de 1490 el rey Fernando entra por la vega y cuenta con la ayuda del Zagal y de Cidi Yahya y de su hijo don Alonso. Cidi Yahya se había convertido en uno de los colaboradores más directos de los Reyes Católicos. (Espinar y Grima 1978, 74), al igual que, recientemente Juan José Sánchez, sobre los acontecimientos de la Tercera Fase de la Guerra de Granada (1490-1492), señala que en la primavera de 1490 el rey Fernando decide hacer una tala en la vega pero los granadinos ofrecieron una tenaz resistencia. Esta campaña se extendió por treinta días, tal lo cual, Fernando se retira para conseguir nuevos refuerzos para una nueva tala. Entre estos refuerzos encontramos a Cidi Yahya Alnayar, que ayudó a las tropas castellanas en la toma de la Torre de Roma, que aún seguía en poder de Boabdil. (Sánchez 2021, 445-450).
3.5 Conservación
Por último, la problemática que planteamos es la de cómo debería conservarse. Para ello, partiremos del estado de la torre anterior a la actuación realizada en noviembre de 2021 y las diferentes opciones que se barajaron en relación con la misma.
La primera descripción de los daños de la torre corresponde a Antonio Almagro (Almagro 1991), describiéndose posteriormente de una forma más detallada en los estudios técnicos de Antonio Martín, J. Javier Álvarez y Julia Ramos (Ramos 2015)[8].
Las propuestas de actuación se pueden resumir en dos: restauración y rehabilitación. Ya Antonio Almagro señalaba, refiriéndose a la técnica constructiva, que la torre de Romilla se conserva en un estado suficientemente bueno como para poder analizar con claridad las técnicas constructivas, que son las típicas de la arquitectura militar nazarí. Además, el autor señala, respecto al tapial, que dejar el tapial con una superficie en basto y rugosa, no sería rigurosa históricamente, con vistas a una posible intervención (Almagro 1991, 244)
Por su parte Antonio Martín, en la ficha de diagnóstico considera que la torre ha llegado a nuestros días sin importantes alteraciones, existiendo suficientes improntas como para determinar con bastante exactitud su configuración inicial, por lo que la intervención debería ir orientada a integrar nuevos lenguajes arquitectónicos que favorecieran de forma definitiva la lectura e interpretación de las preexistencias, la recuperación espacial de los distintos ámbitos y la configuración de un recorrido funcional vinculado a la actividad a la que se destine (Martín 2003, 10).
En su proyecto de intervención restauradora, Julia Ramos propone devolver a los materiales la integridad física perdida, con una metodología de intervención basada en los estudios tanto de la naturaleza física como de los avatares sufridos. El objetivo prioritario sería la aprehensión conceptual de la obra en el momento histórico, social, técnico y artístico en que se llevó a cabo, es decir, devolver a la obra la integridad física necesaria para que perdure en el tiempo, así como su integridad estética. De ahí que destaque la importancia de la adopción del criterio de “mínima intervención” en todo aquello que no esté estrictamente enfocado hacia la conservación (consolidación, fijación, preservación de materiales), pues la huella que el paso del tiempo ha dejado a la obra es tan respetable como los elementos que en sí mismos lo conforman. Los desgastes, las pequeñas fisuras, el envejecimiento y la oxidación de los materiales, es decir, la suma de todos estos pequeños matices en su totalidad es la que conseguirá ofrecernos la posibilidad de la contemplación de una obra auténtica (Ramos 2015).
Respecto a la intervención, en el proyecto inicial de restauración y conservación, Jorge S. Fernández hablaba de la necesidad de recuperar la estabilidad estructural del conjunto, de garantizar la estanquidad del mismo y de habilitar una cierta funcionalidad de la torre. Para ello, planteó la recuperación de las bóvedas con la técnica tradicional, diferenciando la nueva intervención de la existente pero siguiendo lo más fielmente la propia técnica constructiva. El exterior de la torre se adecentaría para eliminar humedades, filtraciones y para recuperar el nivel original del terreno en el perímetro (Fernández 2015)[9]. Esta última idea también fue defendida por J. Javier Álvarez, pues sería recomendable la recuperación de la cota inicial para visualizar la verdadera entidad de la construcción (Álvarez 2005, 28).

3.6 Actividad de exploración
Para llevar a cabo la actividad, utilizaremos una metodología gamificada. Se inicia entregando al alumnado unas pequeñas tarjetas de varios colores (tantos colores como sea necesario para organizar grupos de cuatro alumnos/as como máximo, aunque pueden ser de tres), en las que los alumnos y alumnas deberán escribir su nombre. A continuación, informaremos al alumnado que deben formar grupos en función del color de la tarjeta que les ha tocado en suerte. Una vez formados los grupos, se entregará un cuaderno de equipo que incluirá material didáctico adaptado, según las cinco problemáticas que hemos indicado, y las instrucciones básicas del trabajo cooperativo (roles, normas de funcionamiento del grupo, instrucciones del trabajo a realizar, hoja para anotar el trabajo realizado y cronograma).
El material didáctico adaptado se compone de textos, imágenes, planos o cualquier otra información que ayude a establecer una hipótesis argumentada sobre quién o quiénes fueron los propietarios de la torre, cuándo se construyó, cuál fue su funcionalidad, quiénes y cuándo la tomaron y cómo se debería conservar. Incluso se pueden incluir pistas falsas, aunque con información verdadera, como anacronismos (sultanes posteriores a la construcción de la torre, por ejemplo), que impliquen el desarrollo de la capacidad deductiva del alumnado para su descarte como información útil.
La actividad consiste en leer y comprender la información de los documentos adaptados y adjudicar cada documento a una de las posibilidades de cada problemática. Para ello, se incluirá el número que identifica cada documento en el cuadro de la columna correspondiente, según decida el alumnado de cada grupo cooperativo por consenso y previo debate. Una vez realizada esta tarea, el grupo debe plantear una hipótesis argumentada por escrito, pudiendo utilizar, si fuese necesario, la información de cada documento para justificar su hipótesis.
| Problemática | Posibilidades | |||||
| Quién era el propietario | Comunidad campesina | Sultán nazarí | ||||
| Cuándo se construyó | Siglo XIII | Siglo XIV | ||||
| Cuál era su funcionalidad | Defensiva | Residencial | Recaudatoria | |||
| Quiénes la tomaron y cuándo | Cristianos | Musulmanes | 1490 | 1491 | ||
| Cómo se debería conservar | Restauración | Rehabilitación | ||||
Al finalizar esta fase, el profesor recogerá la hoja para anotar el trabajo en el que aparezcan las hipótesis y se realizará una puesta en común, en la que el portavoz de cada grupo defenderá la hipótesis de cada grupo de forma oral. El profesorado irá anotando en la pizarra la información que se vaya generando en el transcurso de la puesta en común y los/as secretarios/as de los grupos deberán ir anotándola en la hoja de anotación indicada para ello.
Finalizada la puesta en común, el profesor entregará una hoja para realizar la autoevaluación en la que se evaluará el trabajo realizado por cada miembro del grupo, tanto de forma individual como el trabajo del grupo, una valoración del trabajo de asignación de los documentos a cada una de las posibilidades y una reflexión sobre la hipótesis planteada por el grupo respecto a la información que ha anotado el profesor en la pizarra tras la puesta en común, marcando los indicadores de logro de una rúbrica que se les facilitará a cada grupo. Una vez realizado el trabajo, se recogerán los cuadernos de los equipos.
3.7 Actividad de estructuración
Para finalizar esta primera toma de contacto con la Torre de Romilla, se les presentará una imagen de la Torre de Romilla antes y después de la rehabilitación, para que señalen qué diferencias encuentran entre una y otra imagen. Esta información se realizará de forma oral.


Tras recopilar todas las respuestas en la pizarra a través de una puesta en común, estaremos en disposición de iniciar el estudio de los saberes básicos de Al-Ándalus.
4. Los saberes básicos sobre Al-Ándalus
Sugerimos al respecto que el alumnado trabaje de forma colaborativa algún aspecto de los saberes básicos enunciados en el apartado 2 del presente artículo y crear un producto que muestre información del tema y se convierta en material didáctico para el aprendizaje del resto del grupo. Para ello deberemos crear, o utilizar los anteriores grupos cooperativos, y entregar un cuaderno de equipo para tal fin.
Dicho producto puede tomar forma de paneles informativos, que incluirán códigos QR con información textual, en los que se expliquen los aspectos más significativos de los saberes básicos trabajados. Además, los alumnos y alumnas deberán preparar una serie de actividades (preguntas con respuesta cerrada, crucigramas, sopa de letras, puzles, palabras desordenadas, etc.) sobre la información que han trabajado y que se incluirán en un cuadernillo de actividades, formado por todas las actividades creadas por los distintos grupos de alumnos/as.
La exposición se montará en el centro educativo y se visitará por los distintos grupos-clase en sesiones programadas para ello, en las que el alumnado de cada grupo servirá de guía al resto de alumnos/as, de tal forma que se alternen los roles de guías-asistentes a la exposición.
Una vez se ha visitado la exposición, se entregará el cuadernillo de actividades a todo el alumnado. Éste será realizado de forma individual en el espacio de la exposición dedicado al trabajo del alumnado. El alumnado podrá consultar en cualquier momento los paneles informativos o consultar a través del móvil los lectores de códigos QR, para realizar las actividades de su cuadernillo.
Es interesante señalar que el cuadernillo incluirá además, una serie de actividades que describan escenas incluidas en la exposición y que habrán sido preparadas con anterioridad por el profesorado responsable. Estas actividades tendrán como objetivo la realización de descripciones sobre las imágenes o la realización de preguntas convergentes, que expresan o explican relaciones de causa y efecto de la información de los paneles de la exposición.
El desarrollo del trabajo de este producto se realizará en clase bajo la supervisión del profesorado, que intercalará, entre las sesiones temporalizadas para ello, exposiciones sobre cómo realizar los códigos QR, cómo presentar la información en los paneles o cómo crear las actividades para el cuaderno de actividades.
5. Lectura “La vida en la frontera”
Simultáneamente al trabajo en clase de la exposición, el alumnado dispondrá de un ejemplar del relato “La vida en la frontera”, texto inédito de Juan José Casado Cervantes, en el que se narran los hechos ocurridos en la toma de la Torre de Romilla. Los ejemplares estarán a disposición del alumnado en la Biblioteca Escolar del centro.
El relato es un texto corto, de no más de 50 páginas, que no presenta ninguna dificultad de comprensión y que servirá de enlace entre los contenidos trabajados en clase para la exposición y el cuaderno de actividades y la visita a la Torre de Romilla.
El argumento del texto tiene como tema principal la actuación de un personaje clave en la toma de la Torre de Romilla y la vida de las personas que viven en la torre y en la alquería en el momento en que se produce la toma.
6. La visita a la Torre de Romilla
6.1 Presentación del Centro de Interpretación de Romilla (CIR)
Una vez trabajados los conocimientos históricos previos, realizada la lectura y conectados estos con la Torre de Romilla, comenzará la visita propiamente dicha a la Torre. La primera parada de la ruta se realizará delante del edificio al Centro de Interpretación de Romilla (CIR), una casa señorial situada en el número 19 de la calle Real. Allí informaremos que es un espacio público destinado a enmarcar la visita a la Torre de Romilla en el contexto histórico.

6.2 Entorno de Romilla
Antes de entrar en el edificio, delante de la puerta principal del edificio, destacaremos la ubicación del núcleo de población de Romilla, en plena Vega de Granada y recordaremos brevemente los contenidos relacionados con la formación geológica de la Vega de Granada y la caracterización geográfica del espacio, tanto desde el punto de vista físico (climatología, hidrología, edafología, vegetación y fauna natural), como social (comarca de La Vega).

6.3 Exposiciones
Dentro del edificio del Centro de Interpretación de Romilla encontraremos dos exposiciones, una sobre el Reino de Granada, como último estado islámico de la península Ibérica, y otra de la Guerra de Granada, como proceso con el que finaliza la presencia musulmana en la península Ibérica como ente político independiente.
Ambas exposiciones primarán la información documental a través de mapas, gráficos, ilustraciones y otro tipo de documentos, que podrá ser consultada a través del móvil y un lector de códigos QR que conecte con audios, que expliquen los contenidos de los paneles y expositores. Estas exposiciones se trabajarán con un cuaderno de trabajo, que se entregará al alumnado y en el que aparecerán actividades que se realizarán de forma cooperativa.
El objetivo principal de estas exposiciones será el de contextualizar la Torre de Romilla en el entorno histórico más inmediato. Antes de que el alumnado comience a trabajar el cuaderno de trabajo, se explicará cómo está organizada la exposición, qué información contiene y cómo deben realizar el cuaderno de trabajo de forma cooperativa, pues cada miembro del equipo tendrá unas actividades diferencias de la del resto de los miembros del equipo y es necesario que todos las actividades de los cuadernos estén realizadas correctamente.
6.4 El paisaje
Finalizada la visita al centro, será necesario hacer referencia al contexto productivo en el que se ubicaba la Torre de Romilla, por lo que aprovecharemos el camino que nos dirige hasta la torre para explicar qué era una alquería en el contexto de la Romilla nazarí. Precisamente de la época islámica debemos destacar los sistemas de cultivo, la producción agrícola y la estructuración de la propiedad agraria. Este último tema se centra en el debate del papel de las comunidades rurales.
A continuación, destacaremos el papel de la alquería de Romilla en la explotación del espacio agrario de la Vega de Granada, indicando los sistemas de cultivo, los tipos de parcelas, los tipos de cultivo y su combinación con la ganadería como factores generadores de un paisaje rural específico y que podemos recrear observando el paisaje en el camino hacia la Torre de Romilla.

6.5 La toma de la Torre de Romilla
Una vez en el entorno de la Torre de Romilla, entregaremos al alumnado fotocopiado el texto del capítulo XL de la Crónica de la conquista de Granada, de Washington Irving, en la que se narra la toma de la Torre de Romilla.
El procedimiento para la lectura del texto será conjunto, informando que cada participante deberá leer en voz alta, por orden en el que aparece en la lectura, el texto subrayado. Hemos de indicar que cada participante tiene una parte del texto subrayado, por lo que todos leerán un fragmento del texto y hay que advertirles del procedimiento para que la lectura sea un proceso continuado.
Una vez realizada la lectura, el/la profesor/a pedirá al grupo que explique qué es lo que más les ha llamado la atención de la lectura del texto de tal forma que, a través de la compresión del texto, se pueda realizar una introducción a la Torre de Romilla, que conectará la lectura de este capítulo con el relato “La vida en la frontera”. Puede ayudar a iniciar el debate indicarle al alumnado que la Crónica de la conquista de Granada de Washington Irving es una fuente literaria que se puede utilizar para conocer los hechos de la Guerra de Granada.
6.6 Descripción exterior
Esta actividad se complementará con una descripción de la torre desde el punto de vista exterior, de una explicación de cómo se construyó y de una descripción del interior, tanto de las plantas como de los diversos elementos constructivos, siguiendo el texto de Antonio Almagro (Almagro 1991). También en el exterior comentaremos los sondeos realizados por J. Javier Álvarez en la intervención arqueológica de 2005 (Álvarez 2005).

6.7 Descripción interior
A continuación el alumnado visitará la torre. Dado que el espacio a visitar es limitado, el grupo de alumnos/as visitará las diversas plantas y la terraza en pequeños grupos de 11. En cada planta, el profesor entregará unas fichas descriptivas numeradas y que deberán ser leídas por los participantes en el orden que indique el profesor. Al igual que en el exterior, en el interior utilizaremos la información de Antonio Almagro para describir el interior de la torre, destacando especialmente la construcción de las bóvedas. (Almagro 1991, 244).

El resto de los participantes que escuchan la lectura de la ficha, deberán ir observando los elementos arquitectónicos descritos. Al finalizar cada ficha, el profesor/a preguntará a los participantes por algún detalle de la información que se haya leído, con lo que se podrá establecer una comunicación en doble sentido, que dará pie a que el alumnado pueda realizar preguntas.
6.8 Final alternativo
Mientras un grupo de alumnos y alumnas visita la torre, el resto creará un final alternativo al de la toma narrada por Washington Irving. Para ello, el alumnado que espera su turno para visitar la torre se agrupará delante de la cara este y se le entregará una hoja fotocopiada con la parte del texto del capítulo XL de la Crónica de la conquista de Granada, de Washington Irving, que llega hasta “… El caballero que solicitó asilo era el jefe de la banda; aunque había llegado a la edad madura, tenía aún encumbrada y airosa presencia y llevaba consigo a un joven hijo suyo de gran temple y viveza. Junto a ellos caminaban los dos cautivos cristianos, desconsolados y con mirada abatida…”, de tal forma que el final quede abierto y se les pueda solicitar que, con todo lo que han aprendido en clase y en la visita, creen un final alternativo. Esta actividad de aplicación pretende fomentar la creatividad del alumnado a través de la redacción de un texto narrativo, aunque también pueden utilizar otros formatos, como el cómic.
Cuando todo el grupo haya visitado la torre y haya realizado su final alternativo, se ofrecerá al alumnado la posibilidad de descansar un poco, desayunar o realizar fotografías de la torre y del entorno.
Tras el descanso, se leerán algunos finales alternativos, se comentarán y se informará al alumnado que podrán consultar todos los trabajos a partir de una determinada fecha en la página web del proyecto.
6.9 La evolución de la Torre de Romilla en el contexto del Soto de Roma
Tras el descanso, será el momento de informar al alumnado, de forma sucinta, cuál fue el destino de la Torre de Roma tras la conquista, por su interés en relación con el paisaje.
José Cuevas señala que la alquería de Roma fue donada por Boabdil a Martín Ruiz de Alarcón, carcelero de Porcuna y alcaide de Moclín y posteriormente vendidas a don Pedro de Bobadilla, nieto y heredero de Francisco de Bobadilla y dueño de Cijuela en 1557 (Cuevas 2005, 189).
Por su parte, Félix Labrador y Koldo Trápaga nos informan de que el 11 de noviembre de 1491 los Reyes Católicos incorporaron el Soto de Roma al Patrimonio Real, convirtiendo este enclave en lo que se conocía en aquella época como “Sitios Reales”. Su función principal fue de coto de caza hasta que, en tiempo de Felipe II, el Soto se transformó de un espacio de explotación principalmente cinegético y, en menor medida, agrícola-ganadero, a ser un lugar desde el cual se proveía madera para la artillería naval. Durante el siglo XVIII, bajo el reinado de Felipe V, el Soto de Roma se había convertido en una moderna explotación agraria. Más tarde, Carlos IV regaló el Soto de Roma a Manuel Godoy, que fue propietario entre 1795 y 1808, como premio por haber conseguido firmar la paz con Francia mediante el tratado de Basilea. Recibió los títulos de Príncipe de la Paz y Señor del Soto de Roma (o de la Torre de Roma). Durante el mandato de José I Bonaparte, el Soto de Roma volvió a pasar al patrimonio real y permaneció en situación de semiabandono, por las deforestaciones ordenadas por el general Sebastiani, hasta septiembre de 1812, en que los franceses abandonaron Granada (Labrador y Trápaga 2017).

Las Cortes de Cádiz debatieron en el mes de julio de 1813, regalar al Duque de Wellington la propiedad del Real Sitio del Soto de Roma. Para finales del siglo XIX la finca ya había sufrido cambios espectaculares: habían sido puestas en olivar y viñedos grandes extensiones de terrenos, se incrementaron los regadíos y se introdujeron las primeras máquinas agrícolas en la Vega de Granada. Durante el siglo XIX hubo varios intentos de revertir la propiedad del Soto de Roma, pero durante ese siglo la situación no cambió, hasta que, a inicios del siglo XX, las sucesivas ventas habían disminuido en una cuarta parte el Soto de Roma.
En 1922 el duque de Wellington accedió a que los colonos que lo desearan fuesen los primeros en adquirir las tierras que sus antepasados había trabajado y se las pagarían durante los siguientes 20 años. La torre y la finca rústica en la que se incluían fueron vendidas, a inicios del siglo XX, por el conde de Valencia a José García. Antes del paso a titularidad pública, la Torre de Roma se situaba en una finca de 17.279,72 m2 compuesta de seis parcelas, todas ellas de titularidad privada. El proceso de paso a la titularidad pública se ha completado con la adquisición, por parte del Ayuntamiento, por diferentes fórmulas, de cinco de las seis parcelas. En la actualidad, solo la parcela que linda con el arroyo del Salado sigue siendo de titularidad privada.
6.10 Actividad de conclusión
Para finalizar la visita, se realizará un juego entre los participantes en la actividad. Se crearán dos grupos y cada uno de ellos deberá elegir, por votación, si quieren seguir el rol de defensores de la torre o el de atacantes. Una vez elegidos, se determinará una cifra de puntos para ganar el juego, que consistirá en responder a un número de preguntas fijo de forma grupal, de tal forma que, se lanza una pregunta con cuatro respuestas alternativas y cada alumno/a responde de forma individual a través de su móvil en un formulario de Google, enlazado a un código QR. La pregunta será correcta y, por tanto, sumará puntos, si la mayoría del alumnado ha respondido correctamente, eligiendo la respuesta alternativa adecuada; en caso contrario, no sumarán. Si una vez que se han lanzado todas las preguntas se ha logrado obtener la puntuación mínima establecida, el grupo habrá realizado su rol correctamente, quedando la torre en la misma situación en la que estaba al inicio del juego, es decir, en poder de los nazaríes.
7. El proceso de evaluación
El concepto de evaluación hace referencia a determinar el valor de algo, es describir lo conseguido, lo avanzado y cómo se ha hecho o conseguido. La evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado será, por tanto, continua, formativa, integradora, diferenciada y objetiva, basada en los criterios de evaluación, que son las especificaciones a observar, medir y evaluar en pos de graduar el rendimiento o logro alcanzado y como orientadores de evaluación del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Recordemos que, según la normativa actual, la evaluación es criterial, esto es, parte de un criterio de evaluación, en nuestra propuesta el 7.4 “Valorar, proteger y conservar el patrimonio artístico, histórico y cultural como fundamento de la identidad colectiva local, autonómica, nacional, europea y universal, considerándolo un bien para el disfrute recreativo y cultural y un recurso para el desarrollo de los pueblos” para llevar a cabo el proceso evaluador, que utilizará diferentes técnicas e instrumentos de evaluación, medios que utiliza el profesorado para recoger las evidencias del aprendizaje del alumnado o para encontrar mejoras en la planificación de ese aprendizaje, entre otras finalidades. Las técnicas se refieren a la manera en que recogemos los datos (observación sistemática, análisis de los productos del alumnado, intercambios orales y pruebas específicas) y los instrumentos son aquellos que nos ayudan a recoger los datos (listas de cotejo, fichas de observación, escala de estimación, rúbricas, registros anecdóticos, etc.) de las diferentes evidencias que produce el alumnado.
En nuestra propuesta se utilizarán diferentes instrumentos y se fomentarán los procesos de coevaluación y autoevaluación del alumnado, tal y como se recoge en la siguiente tabla:
| Actividades de motivación y activación | Registro anecdótico |
| Actividad de exploración | Rúbrica |
| Actividad de estructuración | Registro anecdótico |
| Trabajo cooperativo de la exposición de Al-Ándalus | Autoevaluación mediante rúbrica |
| Exposiciones del Reino de Granada y la Guerra de Granada | Coevaluación mediante lista de cotejo |
| Final alternativo | Rúbrica |
| Actividad de conclusión | Registro anecdótico |
8. Conclusiones
A través del presente artículo hemos diferenciado tres niveles de acercamiento a un bien cultural. El primer nivel, el de la investigación, consideramos que se caracteriza por un acercamiento a los bienes culturales desde las fuentes primarias, esto es, el bien cultural y toda aquella documentación que ayuda a estudiar dicho bien, bien sea de tipo histórico como arqueológico; el segundo nivel, el del ámbito educativo, utiliza los resultados de la investigación, y en algunos casos las propias fuentes primarias, para realizar propuestas didácticas que se puedan utilizar en el proceso de enseñanza y aprendizaje, caracterizándose el profesorado por ejercer de mediador entre los bienes culturales y el alumnado (en este nivel también se podrían incluir todas aquellas personas relacionadas con el turismo, como los guías turísticos, o los divulgadores científicos, los novelistas y cineastas, etc., por su papel de mediadores o intérpretes de los bienes culturales); y, por último, el tercer nivel, el de la ciudadanía, que realiza un acercamiento a los bienes patrimoniales desde unas perspectivas culturales o de ocio, sin olvidar la responsabilidad que debe tener en su valoración y su conservación, para su transmisión a las generaciones futuras.
En este sentido, varios han sido los ejes vertebradores que se han tenido en cuenta al programar nuestra propuesta:
1. La importancia del paisaje como elemento del Patrimonio Cultural, enmarcado en el entorno de la Vega de Granada y del uso agrario del espacio, relacionando la Torre de Roma con la ocupación de la vega durante el período musulmán, así como las infraestructuras para el aprovechamiento de los recursos hídricos y los sistemas de cultivo de la tierra.
2. El uso de metodologías activas y del trabajo colaborativo en la práctica educativa.
3. El fomento de una ciudadanía proactiva hacia el Patrimonio Cultural y, especialmente, hacia el Patrimonio Cultural Local.
Por último, consideramos que esta propuesta didáctica cumple con el objetivo de acercar el Patrimonio Cultural a la ciudadanía, a través del sistema educativo, pero también puede ser un recurso en la proyección turística de los elementos patrimoniales del municipio de Chauchina, Romilla y Romilla la Nueva, que aún no están enmarcados en un plan turístico a nivel local que pueda convertirse en un recurso generador de riqueza económica. Dicho plan requiere de un inventario de los bienes culturales existentes en la localidad así como de la adecuación de los espacios complementarios de dichos bienes, en los que se puedan realizar actividades relacionadas con los mismos, caso de la Biblioteca Pública Municipal para los restos neolíticos del yacimiento de las Catorce Fanegas[10], caso del Centro de Interpretación de Romilla para la Torre de Romilla, así como el diseño de rutas, que describan el paisaje cultural de La Vega de Granada.
9. Bibliografía
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Legislación
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Decreto 102/2023, de 9 de mayo, por el que se establece la ordenación y el currículo de la etapa de Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Andalucía, Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, 90 de 15 de mayo de 2023. Disponible en: https://www.juntadeandalucia.es/boja/2023/90/3 [Consulta: 07/07/2023]
Orden de 30 de mayo de 2023, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Andalucía, se regulan determinados aspectos de la atención a la diversidad y a las diferencias individuales, se establece la ordenación de la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado y se determina el proceso de tránsito entre las diferentes etapas educativas, Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, 104 de 2 de junio de 2023. Disponible en: https://www.juntadeandalucia.es/boja/2023/104/36 [Consulta: 07/07/2023]
[1] Juan José Casado Cervantes (ORCID https://orcid.org/0000-0001-5096-8106) es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada (1991). Ha trabajado como bibliotecario y actualmente es profesor de Enseñanza Secundaria de la Conserjería de Educación de la Junta de Andalucía por la especialidad de Geografía e Historia. Ha publicado El proyecto “Jóvenes”, un ejemplo de dinamización en Educación y Biblioteca (1998), El origen del hombre en la prensa: análisis y propuestas didácticas (2006) y El patrimonio arqueológico como recurso didáctico: una propuesta sobre el Neolítico en la Vega de Granada (2022). Es coautor del libro Atarfe en el papel (2007). Coordinó las Primeras Jornadas de Historia Local de Chauchina, celebradas en 2017.
Correspondencia: jjcasado3001@gmail.com
[2] Clara Casado Fernández es estudiante el Grado de Turismo de la Universidad de Granada y ha participado en varias exposiciones colectivas organizadas por el Taller de pintura y el Ayuntamiento de Chauchina.
Correspondencia: claracasadoferz01@gmail.com
[3] [English metadata] The Tower of Romilla and the incorporation of Cultural Heritage in educational practice.
Abstract:
This article is an example of how Cultural Heritage can be used as a teaching resource to promote the key skills of Secondary school students. From the rehabilitation of the Romilla Tower, some keys are pointed out to understand this heritage element, contextualizing it in the rural space and proposing different types of activities, for its inclusion in the educational curriculum, with the aim of creating a knowledge-friendly citizenry of local heritage and its conservation.
Keywords:
Torre de Romilla, cultural heritage, didactic proposal, rural space, rural landscape, Vega de Granada, Chauchina.
[4] Véase también Torrado y De Haro (2020) y Casado Cervantes (2022).
[5] Véase los efectos de los terremotos del enjambre de enero de 2021 en https://www.ahoragranada.com/noticias/los-terremotos-provocan-el-ensanche-de-la-grieta-en-la-parte-frontal-de-la-torre-de-romilla/
[6] Véase al respecto la web https://www.universolorca.com/ y la Guía Lorquiana de la Vega: alma antigua de niño, de Alejandro V. García Martínez y Juan A. Martín Jaime.
[7] Esta referencia bibliográfica corresponde a un estudio no publicado, aunque sí citado en https://teselainnova.com/2015/10/30/estudios-previos-a-la-intervencion-de-la-torre-romilla-de-epoca-nazari-romilla-granada-2015/ , consultado en papel en el Ayuntamiento de Chauchina. Luque Aranda, A. (2015), Estudios previos a la intervención de la Torre de Romilla (Romilla, Granada), Granada, Tesela. Asesoramiento e Innovación en materiales sostenibles.
[8] Estas referencias bibliográficas corresponden a estudios técnicos no publicados consultados en el Ayuntamiento de Chauchina: Martín Muñoz, A. (2003), Ficha diagnóstico. Torre de Romilla, Granada, Consejería de Cultura; Álvarez García, J.A. (2005), Informe de la intervención arqueológica en la Torre de Romilla, Chauchina (Granada); Ramos, J. (2015), Proyecto de intervención restauradora Torre del Soto de Roma, Romilla.
[9] Estas referencias bibliográficas corresponden a estudios técnicos no publicados consultados en el Ayuntamiento de Chauchina: Fernández-Fígares, J. S. (2015), Memoria del proyecto de conservación y restauración de la Torre del Soto de Roma, Romilla, Granada.
[10] Véase al respecto Casado Cervantes (2022).