Texto de Alejandro Pérez Ordóñez
Fotografías de © Rafael Galán García

Continuamos nuestra serie Viaje por al-Andalus con las fotografías de Rafael Galán, y en esta ocasión nos dirigimos hasta un enclave fortificado de la costa malagueña. Se trata de la localidad de Fuengirola y su castillo de Sohail, construcción que domina el paisaje al recorrer la autovía A-7, principal vía de comunicación terrestre de la Costa del Sol, o visitar las playas de este municipio turístico.




La historia de la presencia humana en este lugar se remonta a la Antigüedad. Durante el I milenio a.C. se produjo un asentamiento fenicio en la colina que ocupa actualmente la fortaleza, a 38 metros de altitud, junto a la desembocadura del río Fuengirola. Las fuentes literarias aludían a este poblamiento como Syalis/Sualis (Hecateo de Mileto, s. VI a.C.) y posteriormente como Suel (Plinio el Viejo, s. I d.C.). En el lugar se han localizado restos arqueológicos fenicios, griegos e indígenas, y se integraría en el mundo romano a finales del siglo III a.C.




Respecto al periodo andalusí, en el año 880 se inicia la rebelión de mozárabes y muladíes encabezada por Ibn Ḥafṣūn frente al nuevo poder cordobés, apoderándose o consiguiendo la obediencia de diversas fortalezas, entre las cuales se cita la de Suhayl. Al-Rāzī, cronista árabe del siglo X, dice de esta fortaleza que “es un Castillo à que llaman Zoel, et es Atalaya sobre la Mar que yace en tal lugar que non puede por la mar cosa grande ni pequeña para España que del non la vean” (según la versión traducida al castellano en el siglo XVII que se conserva en la Biblioteca Nacional). La crónica anónima sobre ‘Abd al-Raḥman III relata que Suhayl y otros lugares fueron conquistados en el año 311 H (923-924 d.C.). Estos testimonios escritos coinciden con la cronología califal que se ha dado a una de las torres. Más tarde, los almorávides van a ampliar la fortaleza en la primera mitad del siglo XII para convertirla en un ribāṭ o rábita, destinada a la defensa del litoral de la Algarbía de Málaga.




En la época nazarí, el lugar se incluía en la cora de Rayya y formaba parte de la línea defensiva en torno a la vía de comunicación entre Málaga y Algeciras. La fortaleza es citada como rábita en diversas fuentes, aunque también es denominada ḥiṣn, término genérico pero que suele interpretarse como una fortaleza que es cabecera de un territorio con la población distribuida entre diferentes alquerías y otros núcleos. Sufrió varios desembarcos y asaltos y pasó a poder de los castellanos en 1485, después de la conquista de Ronda y Marbella.




En las fuentes castellanas, el topónimo Suhayl, romanceado como Çoel, Çoer o Çuer, coexiste con el de La Fonxirola, Fonyarola y otras variantes de las que procede el actual nombre de la ciudad de Fuengirola.




La planta general de la fortaleza describe un polígono irregular de ocho lados. Los muros se realizan en mampostería con restos de un revoco blanco, hasta unos 4 metros de alzado, y en la parte más elevada se reconstruyen en tapial, alcanzando una media de 11 metros en total, coronados parcialmente por almenas rectangulares.




Se conservan seis torres, cinco de ellas macizas y con fábricas similares a las de los lienzos. La torre del ángulo SO es completa de tapial, con restos de madera en los mechinales.




A la fortaleza se accedía, tras recorrer una rampa protegida por una barbacana que fue reformada en el siglo XVI, por una puerta en recodo simple, abierta en un lateral de la torre NE, la única no maciza, con un arco de herradura enmarcado por alfiz de piedra, que da paso a una sala cuadrada con bóveda vaída.




En el recinto interior hay restos de otras construcciones posteriores, entre ellas una iglesia levantada a inicios del siglo XVI. En dicha centuria se elimina una torre para construir una batería de cañones con matacán orientado al mar. Durante la Guerra de la Independencia, entre 1810 y 1812 fue escenario de una batalla y sufrió diversos daños, como la explosión de la torre suroeste y parte de los lienzos contiguos a la misma, construyéndose el muro de aspilleras que volvió a cerrar el recinto en esta parte. Pasó a manos privadas y conoció un largo abandono hasta que en la década de 1980 es adquirido por el Ayuntamiento de Fuengirola.




El castillo está declarado Bien de Interés Cultural desde 1949, y fue objeto de una restauración entre 1995 y 1997. En la ladera meridional del cerro se ubican espacios libres que son utilizados para conciertos y otros eventos de ocio al aire libre, sobre terrenos del yacimiento fenicio y romano de Suel, actividades que también se realizan en el propio recinto fortificado. El castillo está actualmente rodeado por el paseo marítimo y la Playa del Castillo, la autovía A-7, un hotel, zonas de parking, urbanizaciones y, al otro lado del cauce del río, el casco urbano de Fuengirola.


Para saber más:
- FRESNADILLO GARCÍA, Rosario (1998), La fortaleza de Fuengirola y su territorio (aproximación histórica), Cádiz, Universidad de Cádiz.
- LÓPEZ GUZMÁN, Rafael (coord.) (2002), Arquitectura de al-Andalus (Almería, Granada, Jaén, Málaga), Granada, Comares, pp. 873-875.
- MARTÍN RUIZ, Juan Antonio (ed.) (2019), De Suel a Fuengirola. I Jornadas de Arqueología y Patrimonio, Fuengirola, Ayuntamiento / Editorial La Serranía.
Muchas gracias estimado Alejandro. Lo visité en el verano de 2019. Impresionante!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias. En efecto, es un lugar muy interesante. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Qué maravilla seguir descubriendo rincones gracias a tus artículos. Y mira, al leerte me he enterado de que en Fuengirola hay también un yacimiento fenicio y romano, qué cosas…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues sí, una ciudad con mucha historia aunque no lo aparente.
Me gustaLe gusta a 1 persona