Texto de Alejandro Pérez Ordóñez
Fotografías de © Rafael Galán García

Continuamos nuestro Viaje por al-Andalus con las fotografías de Rafael Galán, y nuestro nuevo destino es la villa costera de Salobreña (Granada), donde vamos a visitar su Alcazaba.



Salobreña se sitúa en la costa de Granada, en plena vega aluvial del estuario del Guadalfeo. Durante los siglos andalusíes, el curso bajo de este río constituyó un distrito (iqlīm) dentro de la cora (kūra) de Elvira. El momento de mayor relevancia de la Šalawbīnya andalusí se alcanzó en el sultanato nazarí (siglos XIII-XV), cuando fue el destino elegido para el retiro de varios monarcas de dicha dinastía al final de su vida política, dado que la familia real nazarí contaba con propiedades en la vega de Salobreña. En ocasiones, la fortaleza salobreñera también sirvió como prisión real.



La ciudad ya constituía una pequeña medina fortificada con una buena ubicación geoestratégica, sobre un abrupto peñón que facilitaba la defensa, rodeada de una vega fértil y junto a un puerto que permitía las comunicaciones e intercambios comerciales costeros del reino granadino. Ibn al-Jatib, en el siglo XIV, afirmó que “los edificios de Salobreña alcanzan bastante celebridad” y que “tiene una gran mezquita, de magnífica arquitectura”. Cabe destacar que en los siglos medievales las olas batían la base rocosa del promontorio de Salobreña, que por la sedimentación del Guadalfeo ha quedado a unos 500 metros de la línea de costa actual.



En efecto, el núcleo llegó a contar con diversos elementos característicos del urbanismo islámico y que denotaban cierta relevancia, como la alcazaba con su área palatina, las murallas urbanas, la mezquita aljama, el puerto y las atarazanas, etc.



En 1489, Salobreña será incorporada a la Corona de Castilla y este desarrollo urbano y económico se verá frenado abruptamente, quedando por un tiempo despoblada y con una exclusiva función militar en el contexto de la Guerra de Granada primero y de la Guerra de las Alpujarras posteriormente.



En el paisaje urbano de Salobreña, con la antigua medina de casas blancas tapizando la orografía del peñón de fuertes pendientes sobre el que se ubica, destaca la fortaleza, que podemos calificar de alcazaba debido a que combinó funciones militares y palatinas en el periodo nazarí.



La planta general del conjunto fortificado es un polígono de nueve lados, muy irregular, con una torre en cada vértice, pero dentro del mismo se diferencian varias fases constructivas. Al recinto andalusí original, que es el más interno, se añaden importantes reformas castellanas, datadas entre la conquista en 1490 y el siglo XVI, generándose un segundo recinto alrededor del anterior y construyéndose nuevas torres, además de la batería artillera que se adosó al extremo sur en 1767. En las décadas de 1960 y 1970 la construcción fue sometida a restauraciones que falsearon diversos elementos históricos.



En los años 2014 y 2015 se llevan a cabo actuaciones arqueológicas de apoyo a la restauración, a partir de las cuales se recupera el baño (hammām) que constituye el elemento más interesante del recinto andalusí. Se halla contiguo a las dependencias reales y comunicado con las mismas.



Las excavaciones han sacado a la luz la planta completa del conjunto, formada por el área seca (zaguán de acceso, letrinas y vestuario con dos saletas de reposo), el área húmeda (salas fría, templada y caliente) y el área de servicio (horno, caldera y leñera) que son característicos de los baños islámicos.



Algunos de los pavimentos del baño, especialmente del área de acceso, se hallan bien conservados y son de azulejos, combinándose los colores blanco, negro y verde. Bajo los suelos se distribuye el sistema de calefacción de carácter hipocausto.



Por su parte, el palacio se encuentra muy arrasado, pues su emplazamiento fue replanteado por el arquitecto Francisco Prieto-Moreno para convertirlo en una explanada destinada a la celebración de espectáculos.



El elemento más destacado es la llamada Torre Nueva, que se ha identificado como una torre-qubba de carácter áulico, siguiendo un modelo palatino similar al de la torre y el palacio de Comares en la Alhambra de Granada. Se trataría de una gran torre que debía ser visible desde largas distancias, sirviendo como símbolo del poder. Exteriormente está decorada con una banda de arquillos ciegos entrecruzados de ladrillo, que pudo formar parte de un conjunto decorativo de mayores dimensiones, ya que la torre fue parcialmente demolida después de 1534 (así se menciona en un documento sobre una visita del marqués de Mondéjar a la fortaleza en dicho año) y la mayor parte de su alzado actual es una reconstrucción, aunque probablemente la original alcanzó una mayor elevación.



Para saber más:
GARCÍA-CONSUEGRA FLORES, José María (2007), “El castillo de Salobreña (Granada) en época medieval”, Arqueología y Territorio, 4, pp. 203-216.
GARCÍA-CONSUEGRA FLORES, José María, NAVAS RODRÍGUEZ, José (2020), “La cerca medieval de la villa de Salobreña (Granada) a través de las fuentes documentales y de las evidencias arqueológicas”, en DELGADO PÉREZ, María Mercedes (dir.), Más allá de las murallas. Contribución al estudio de las dinámicas urbanas en el sur de al-Andalus, Madrid, La Ergástula, pp. 31-72.
MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Federico, SAROMPAS CAZORLA, Carlos E., GARCÍA-CONSUEGRA FLORES, José María, MÁRQUEZ CRUZ, Manuel (2015), Salobreña, de sus orígenes a la Edad Media. Piezas relevantes de la Exposición Arqueológica Municipal, Salobreña, Ayuntamiento de Salobreña.
LÓPEZ GUZMÁN, Rafael (coord.) (2002), Arquitectura de al-Andalus. Almería, Granada, Jaén, Málaga, Granada, Comares, pp. 378-381.
NAVARRO PALAZÓN, Julio, ORIHUELA UZAL, Antonio, REYES MARTÍNEZ, Antonio (2018), «Salobreña. De alcazaba palatina nazarí a fortificación castellana en la costa de Granada», en SARR, Bilal (dir.), Alborán. Poblamiento e intercambios en las zonas costeras de al-Andalus y el Magreb, Granada, Alhulia, pp. 111-197.
NAVARRO PALAZÓN, Julio, ORIHUELA UZAL, Antonio (2020), “El área palatina de la alcazaba nazarí de Salobreña (Granada)”, en CARRETERO PÉREZ, Andrés, PAPÍ RODES, Concha (coords.), Actualidad de la investigación arqueológica en España II (2019-2020). Conferencias impartidas en el Museo Arqueológico Nacional, Madrid, Ministerio de Cultura y Deporte, pp. 115-135.
Mira que tengo ganas de ir a Salobreña, que hace tiempo ya que me dijo Carlos que seguro que me iba a gustar; pero nada, que de momento no ha podido ser. Así que tomo nota, que después de haber leído esto seguro que me fijo en muchas más cosas cuando vaya a ver la alcazaba.
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Salobreña es muy interesante, tanto desde el punto de vista patrimonial como para el turismo de playa. Y con la costumbre de las tapas granadinas en sus muchos bares, mejor que mejor, jeje. Sí, estoy de acuerdo con Carlos, te gustará.
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[…] asimismo, un palacio real de época nazarí, por lo que también se conocía el castillo como alcazaba. Por allí debieron pasear los centinelas de entrada del palacio y las guarniciones que patrullaran […]
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